Magic Number
St. Moritz, Suiza.
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Todas las historias de nuestra colección se imprimen en papel fotográfico Giclee mate de 310 g/m², sin ácido y están disponibles por tiempo limitado.

Estábamos en The I.C.E. St. Moritz, rodeados de coches que parecían salidos de un museo, pero en marcha, vivos, dejando huella en la nieve. Felipe, mi primo, no paraba de señalar modelos y contarme datos que solo un verdadero friki del motor sabría. Yo lo escuchaba entre foto y foto, medio riéndome, medio fascinada.

Lo más impactante era la sensación de estar dentro de un recuerdo. El aire era tan frío que dolía un poco al respirarlo, pero a ratos llegaba ese olor inconfundible a gasolina vieja, a motor en marcha. Algunos coches rugían con voz grave, otros chillaban con nervio. Cada uno tenía su carácter. Y entre todo eso, la gente —con perros que parecían sacados de un catálogo— paseando como si aquello fuese lo más normal del mundo.

La nieve lo hacía todo más especial. No solo por lo visual, sino porque era parte del reto: moverse, buscar el encuadre con cuidado de no resbalar, esquivar gente, proteger la cámara. Y aun así, había algo cálido en el ambiente. Ese tipo de calidez que no viene del cuerpo, sino de lo que estás viviendo.

En la foto no se nota del todo, pero había reflejos preciosos en el hielo. La luz se colaba entre las nubes y rebotaba en las carrocerías como si estuvieran iluminadas desde dentro. Algunos coches llevaban esquíes atados en el techo, y me encantó ese detalle, como si esos clásicos también vinieran dispuestos a vivir una aventura.

Terminamos el día con vino caliente para entrar en calor. Fue un alivio brutal sentir las manos volver a la vida. Revisé las fotos con torpeza, con los guantes puestos, sabiendo que había capturado un momento que no se repetía.

Para mí, esa foto no va solamente de coches. Va de pasión. De cómo algo aparentemente técnico puede despertar emociones tan fuertes. Y también va de lo que pasa cuando todo —ruido, frío, historia y belleza— se alinea en una misma escena.

Lifetime Value

La calidad de los materiales con los que trabajamos garantizan el valor de la obra a través del tiempo.

Lista para colgar

Nuestros marcos llegan listos para colgar en cuanto salen del packaging.

Enmarcado a mano

Cada marco es producido de forma artesanal por talleres especializados en Fine Art.

Hecho a medida

Cada historia, es enmarcada según el tamaño, color y preferencia del waller.

Devoluciones

Cada fotografía se imprime y enmarca especialmente para ti, en el tamaño y marco de tu elección. Esto significa que no podemos aceptar devoluciones ni cambios. También nos es imposible realizar cambios o cancelaciones en los pedidos después de las 24 horas. Si por cualquier motivo tu Timewall llega en una condición que no sea perfecta, por favor háznoslo saber y resolveremos el caso. 

EnvĂ­os

Debido al trabajo artesanal y a medida, cada pieza puede tardar entre 2 a 3 semanas en imprimirse, montarse, enmarcarse y enviarse. Recibirás un número de seguimiento del proveedor de envío para que puedas estar al tanto del envío.